Sánchez a La Mareta, Macron a Brégançon, y Biden a Camp David: los viajes de los jefes de gobierno no paran en verano
- Emmanuel González
- Destinos
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Llega agosto y, en la práctica, una gran parte del mundo occidental se paraliza en términos administrativos, lo que también implica una importante reducción de los actos institucionales, que vuelven a reanudarse en el mes de septiembre coincidiendo con un nuevo ejercicio en términos ejecutivos, legislativos e institucionales, con un auténtico ‘boom’ de eventos que se prolonga hasta casi finales de diciembre.
En estos días, una gran parte de la prensa, pone sus focos de atención en los destinos a los que los primeros ministros, presidentes, jefes de Estado o ministros se retiran en época estival. Este componente, aunque es abordado por la práctica totalidad de la prensa, abandona los enfoques políticos y ofrece, a los ciudadanos, casi un reportaje del destino elegido por estas autoridades, llegando, a veces, a realizar exhaustivos análisis sobre el lugar, el clima, su gastronomía, etc.
No obstante, y aunque esto es algo que obvian una buena parte de los medios de comunicación cuando realizan este tipo de reportajes, no hemos de olvidar que estos jefes de gobierno siguen ostentando su rango y estatus institucional aún de vacaciones, lo que implica un despliegue inusual para dichas localidades.
La mayor parte de primeros ministros, presidentes o jefes de Estado suelen tener residencias de vacaciones fijas, que pertenecen, casi siempre, al patrimonio del Estado en cuestión. Así pues, es habitual que el presidente de la República Francesa se retire, durante el verano, en la bella localidad de Brégançon; un destino costero muy apropiado para los meses de calor. En Italia, el destino por excelencia es La Maddalena en el noreste de Cerdeña. Por su parte, en España existen varias residencias oficiales para el presidente del Gobierno, siendo las más populares de ellas el Palacio de Las Marismillas, en el Parque Nacional de Doñana, o La Mareta, en la idílica isla de Tenerife. Al otro lado del Atlántico, el presidente de Estados Unidos tiene varias residencias a su disposición, siendo Camp David un destino ideal tanto en verano como en invierno, gracias a situarse en lo profundo de los bosques de Maryland.
Existen infinidad de ejemplos, siendo estos algunos de los más célebres o sonados. El impacto de la visita vacacional de un jefe de gobierno en el destino es tremendo, ya que sitúa el foco de atención en el mismo durante el periodo que este reside allí. No es raro, además, que visiten lugares públicos, e incluso concurridos, lo que atrae una gran cantidad de personas y medios de comunicación.
Además, el destino en cuestión se favorece de dicha visita durante casi todo el año, pues muchos visitantes lo sitúan en el mapa y, emulando a los jefes de gobierno, realizan turismo en estos lugares, lo que se traduce en una mayor tasa de ocupación a todos los efectos.
Así pues, cuando un primer ministro o un jefe de Estado se retira a descansar en el mes de agosto –sobre todo en occidente, como hemos mencionado-, no abandona sus tareas y, de hecho, sigue ejerciendo su rol institucional si así se requiere.
Es por ello que el desplazamiento estival de estas personalidades implica, también, el desplazamiento de un importante equipo de profesionales en materia de seguridad, protocolo, transporte, gastronomía, organización de viajes y actividades, comunicación, etc.
El motivo por el que realiza un despliegue de seguridad en torno a las vacaciones de un jefe de gobierno radica en que este, aún estando de vacaciones, sigue siendo un jefe de gobierno, con todo lo que ello implica. Así pues, en sus desplazamientos, muchos de los mismos precisan de escolta que garantice tanto su integridad física como su intimidad en su derecho al descanso.
Por otro lado, el transporte también juega un papel clave a este respecto y se encuentra ligado a la seguridad, intimidad y protección de datos. En este sentido, es habitual que primeros ministros, presidentes, jefes de Estado y, en menor medida, ministros, hagan uso de transporte oficial, o privado, con el objetivo de garantizar estas necesidades, inherentes a cualquier viajero GITT, ya sea en el ejercicio de sus funciones o no.
Al respecto de la gastronomía, el ocio, la organización de actividades, etc., muchas de las mismas suelen quedar relegadas en la propia Unidad de Viaje del Gobierno en cuestión. Esta Unidad de Viaje puede ser interna, es decir, que forme parte del propio equipo del jefe de gobierno, o bien externa, siendo la misma una agencia de viajes o de intermediación. Esta última opción es una de las más demandadas por parte de los viajeros GITT en vacaciones, ya que estas agencias, las cuales deben contar con experiencia y/o la certificación pertinente, conocen la plaza de destino a la perfección, pudiendo ofrecer a la delegación desplazada las mejores opciones en los términos anteriormente citados.
En último lugar, y no por ello menos importante, hemos de mencionar al equipo de comunicación, que se desplaza con el jefe de gobierno por diferentes motivos. El principal de ello es que, a pesar de encontrarse de vacaciones, cualquier avatar surgido en el transcurso de las mismas requiere de una respuesta inmediata del primer ministro, presidente o jefe de Estado, por lo que es este equipo el encargado de transmitir y asesorar a este respecto. Y en segundo lugar, la transparencia también suele jugar un papel fundamental en las vacaciones de los mismos, por lo que muchos de ellos optan por seguir generando contenido para la propia Institución, así como sus canales de comunicación, notas de prensa, redes sociales, etc., elementos cada vez más comunes, valorados e importantes para la ciudadanía.
Al término del retiro estival, a estos jefes de gobierno suelen esperarle apretadas agendas, repletas de desplazamientos y eventos, que coinciden con el inicio del mes de septiembre, reanudándose de forma oficiosa toda la actividad gubernamental e institucional.