De Londres a Sevilla en menos de 12 horas

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El viaje exprés de Felipe VI: por la mañana en la coronación de Carlos III de Inglaterra; por la tarde en la Final de la Copa del Rey en España.

El sector de los viajes gubernamentales e institucionales (GITT) se caracteriza por multitud de elementos que los diferencian, notoriamente, de otros tipos de viajes, desplazamientos o turismo, en el sentido más amplio de la palabra. Sin embargo, hay un elemento que resulta fundamental, y ese es el de la celeridad, motivada por agendas sumamente apretadas.

Existen multitud de ejemplos a lo largo de la historia, y en nuestra hemeroteca más reciente ocurre lo mismo. No obstante, es preciso detenerse en uno acaecido hace apenas tres semanas, cuando el mundo entero tenía sus ojos puestos en Londres, el de 6 mayo de 2023, con la coronación de Carlos III de Inglaterra. Al acto solemne, el cual no tenía lugar desde hacía más de siete décadas en Reino Unido, asistieron representantes institucionales de todo el mundo, incluidos, por supuesto, de todas las casas reales, jefes de Estado, etc.

Dejando a un margen el ceremonial de la coronación, cuya singularidad lo convierten en un objeto de estudio en sí mismo, al acto acudieron, entre otros representantes de casas reales, el rey de España, Felipe VI, junto a su esposa, la reina Letizia. La ceremonia se inició a media mañana, a las 11:00 (hora local), en la icónica Abadía de Westminster, en Londres.  

Para poder asistir a todo lo que implica el acto de coronación en sí, tanto Felipe VI como Letizia tuvieron que estar en Londres mucho antes de las 11 de la mañana, máxime cuando este tipo de eventos, de carácter triunfal, en ocasiones se usan para saludar y estrechar lazos con otros representantes de casas reales, jefaturas de Estado, etc.

La ceremonia de coronación se extendió alrededor de dos horas, emitiéndose en todo el mundo a través de los principales medios de comunicación, y concluyendo en torno a las 13:00 hora local, ofreciéndose tras la misma un almuerzo a los más de 2200 invitados. A dicho almuerzo también acudieron, entre otros monarcas y representantes, Felipe VI y Letizia.

Todo lo relativo a la agenda de Felipe VI de España entraría dentro de la “normalidad” de un evento de estas características si no fuese porque pocas horas después debía estar en Sevilla (España) para acudir a un acto completamente diferente: la Final de la Copa del Rey de fútbol.

Este trofeo, que desde 1976 se realiza en honor del monarca español, y el cual otorga el propio Rey, estaba fechado el mismo 6 de mayo a las 21:00 (hora local). Ello motivó que, de forma momentánea, el avión el que se desplazó el monarca a Londres, un Dassault Falcon F900 de la Fuerza Aérea Española, similar al usado los presidentes del Gobierno español, se convirtiese en el lugar en el que más horas pasaría Felipe VI en la jornada del 6 de mayo.

Así pues, en torno a las 19:30 (hora local), Felipe VI aterrizaría en el Aeropuerto de Sevilla (LZL), con objeto de reunirse con autoridades locales y representantes del sector público-privado, realizar los actos protocolarios propios de este evento deportivo y, por último, asistir al mismo.

El torneo acabó sobre las 23:40 (hora local), tras la entrega del trofeo de la Copa del Rey al ganador, el Real Madrid Club de Fútbol, que fue otorgado tanto por el propio monarca como por su hija, la Infanta Sofía.

Un perfecto ejemplo de la complejidad y la celeridad que entraña un viaje gubernamental e institucional, en el que todo ha de estar medido al milímetro, en el que los cambios de última hora resultan recurrentes y en el que todos los agentes intervinientes han de estar perfectamente coordinados para que, en menos de 12 horas, un jefe de Estado pueda desplazarse entre dos países para realizar dos actos institucionales ineludibles y completamente diferentes.



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