La recuperación del turismo gubernamental en México tras el H1N1: perspectiva post-COVID
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La pandemia de COVID-19, o SARS-CoV-2, está afectando a la economía de todos los países y territorios del mundo. Incluso en la República Popular China, Corea del Sur, República de China (Taiwán) o Singapur –países que han superado las fases más duras de la pandemia-, el impacto ha supuesto una caída de sus respectivos PIB en el primer trimestre de 2020.
Uno de los sectores más afectados por el COVID-19 ha sido el Turismo, incluyendo en el mismo a los diferentes medios de transporte, alojamiento, restauración, intermediación u otros servicios auxiliares. En consecuencia, los viajes realizados por representantes de gobiernos e instituciones en el ejercicio de sus funciones, así como la celebración de reuniones bilaterales, cumbres, foros y conferencias, se han visto afectados de forma temporal a causa de la pandemia. Muchos de estos desplazamientos han sido pospuestos o se han realizado de forma virtual.
Sin embargo, esta situación no es una novedad en el marco del COVID-19. Anteriores pandemias o epidemias, sobre todo en los siglos XX y XXI, forzaron la suspensión temporal de los desplazamientos gubernamentales e institucionales. Un ejemplo, a este respecto, es la pandemia originada por el virus H1N1, conocido como Gripe A, entre los años 2009 y 2010.
El brote de H1N1 de 2009, con origen en México –país en el que el turismo representa más del 8% de su PIB- le hizo perder unos 10.000 millones de euros, al caer el ingreso derivado del Turismo internacional alrededor de un 15% durante todo el año, y costándole casi el 7% de su PIB. En el pico del brote, México registró una caída de llegada de viajeros del, aproximadamente, 65%. Según datos de la Secretaría de Turismo de México , el impacto en el sector se tradujo en una caída de casi 13 puntos con respecto al año anterior. Sin embargo, la recuperación para el sector turístico llegó a finales del mismo año, cuando el país norteamericano registró solo 1,4% de viajeros menos con respecto al mismo mes en 2008. A pesar de que la OMS declarase el fin de la pandemia en agosto de 2010, México ya registró una significativa contención de la caída de llegadas en el tramo final de 2009.
De hecho, este tipo de pandemias, una vez controladas –y/o erradicadas- suelen generar un efecto en forma de ‘V’ muy característico. En el caso de México se observa perfectamente, pues la caída de hasta 5 puntos de la llegada de viajeros internacionales durante el año 2009 contrasta con la subida de casi 7 puntos que experimenta al año siguiente, en 2010 (Figura 1).
En términos puramente económicos, siguiendo con México como ejemplo, al haber experimentado el peor registro del H1N1, los ingresos por parte de viajeros internacionales pasaron de unos 950.000.000 euros (2008) a 800.000.000 euros (2009), y de ahí a 900.000.000 euros (2010), de forma aproximada (Figura 2). De 22.637.000 viajeros internacionales en 2008, México sufrió una pérdida de 1.183.000 viajeros con 21.454.000 desplazamientos al país, experimentando en 2010 una rápida recuperación con 22.589.000 llegadas internacionales.
Al respecto de los viajes de gobiernos e instituciones, así como otros sectores como el MICE, suponen más de un 6% del turismo receptivo de México. Sin embargo, durante la pandemia de H1N1, a pesar del notable descenso de llegadas, en México se llegaron a celebrar tres eventos de gran calado en el marco de las relaciones internacionales: la visita del Presidente estadounidense Barack Obama en abril, el Showcase & Travel Expo también en abril, y la Cumbre de Líderes de América del Norte en agosto. Al año siguiente, el número de estas cumbres de interés internacional aumentó considerablemente: en febrero se celebró la primera Cumbre CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) en Playa del Carmen; Michelle Obama, Primera Dama de Estados Unidos, visitó México en abril de 2010; en octubre se celebró la III Cumbre AMERIPOL en Ciudad de México; en septiembre se conmemoraron los 200 años de independencia de México, con asistencia de líderes internacionales; y en noviembre se inicia la COP16 (Conferencia Internacional sobre Cambio Climático) en la ciudad de Cancún.
Estos últimos datos reflejan que las relaciones internacionales y la celebración de eventos siguen celebrándose con normalidad una vez se ha contenido o erradicado la pandemia. De hecho, el caso de México es también ejemplo de las medidas que la Comunidad Internacional suele tomar a este respecto; al tratarse de uno de los países más afectados por el H1N1 se propuso, al finalizar la COP15 en Copenhague (Dinamarca), celebrar la siguiente edición de la misma en México.
Aunque el impacto, a nivel internacional, fue algo menor que el que está suponiendo el COVID-19, el ejemplo de recuperación de México, tanto al respecto del turismo internacional como de los viajes de gobiernos e instituciones, así como la celebración de eventos, cumbres y foros, supone un importante prisma a analizar conforme a la recuperación del sector. Determinados países asiáticos, como los mencionados al inicio del texto, están experimentando una recuperación o contención muy similar a la de México en términos económicos, por lo que sería previsible que la recuperación de la industria turística, y los viajes gubernamentales, presente un escenario similar al de México tras el brote de H1N1.